Lee atentamente los siguientes párrafos:

 

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Cuenta el equipo de rescate que al día siguiente encontraron colgado a un alpinista congelado, muerto, agarrado con fuerza, con las manos a una cuerda… A sólo un metro del suelo…

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Seguía cayendo, y en esos angustiantes momentos, le pasaron por su mente todos sus gratos y no tan gratos momentos de la vida. Él pensaba que iba a morir, sin embargo, de repente sintió un fuerte tirón que casi lo partió en dos. Por suerte, como todo alpinista experimentado, había clavado estacas de seguridad con candados a una larguísima soga que lo amarraba de la cintura.

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En esos momentos de quietud, suspendido por los aires, no le quedó más que gritar:
–¡Ayúdame Dios mío!
De repente una voz grave y profunda de los cielos le contestó:
–¿Qué quieres que haga?
–¡Sálvame, por favor! -replicó el alpinista-.
–¿Realmente crees que te puedo salvar?
–Por supuesto Señor -contestó.
Después de una ligera pausa la voz respondió:
–Entonces corta la cuerda que te sostiene…

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Subiendo por un acantilado, a sólo 100 metros de la cima, se resbaló y se desplomó por los aires. Caía a una velocidad vertiginosa, únicamente podía ver manchas oscuras que pasaban una tras otra y que sólo contribuían a acrecentar la terrible sensación de ser succionado por la gravedad.

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Hubo un momento de silencio y quietud. El alpinista se aferró más a la cuerda y reflexionó: “Siempre supe que lo de Dios no era cierto, yo tengo años escalando montañas y lo que he aprendido en todo este tiempo es que nunca uno debe desprenderse de la cuerda que nos esta salvando la vida, esta cuerda es lo único real que tengo y no voy a dejarla por nada”.

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Cuentan que un alpinista, desesperado por conquistar el Himalaya, el pico nevado más alto del mundo, inició su travesía después de años de preparación. Como quería la gloria para él solo, inició su aventura sin compañeros. Tras muchas horas de ascenso, se le fue haciendo tarde y no se preparó para acampar. Estaba decidido a seguir subiendo hasta llegar a la cima, sin embargo, la noche lo sorprendió cayendo con gran pesadez. No se podía ver absolutamente nada. Todo era negro, no había luna y las estrellas estaban cubiertas por las nubes.

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Actividades

Como habrás notado, los párrafos que leíste están desordenados. Sin embargo forman parte de un solo cuento. Teniendo esto en cuenta, realiza las siguientes actividades:

A. Ordena los párrafos de manera que toda persona que lea el cuento pueda entenderlo. Para ello, recórtalos, ordénalos y pégalos en tu carpeta.

B. Ahora, inventa tres títulos diferentes para el cuento, luego elige uno, pónselo y explica por qué lo elegiste.

C. ¿Qué virtudes y defectos puedes mencionar del Alpinista?

D. De haber estado en el lugar del Alpinista, ¿hubieras cortado la soga? ¿Por qué?

E. Haz de cuenta de que quieres contarle esta historia a un amigo que no lo conoce y sólo puedes hacerlo por escrito y en tan sólo 5 renglones, ¿Qué le escribirías?

F. Inventa un final diferente para el cuento y transcríbelo en un texto de no menos de diez renglones.

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