Lee el texto que está a continuación y luego contesta las preguntas:

 

 Niños sabios

Pfeiffer, Rubin

Los domingos se reúnen los campesinos en la cantina para tomar algo y charlar con sus amigos. Se divierten mucho de esta manera. A veces discuten asuntos serios, pero por lo general, prefieren contar experiencias cómicas para reírse.
–Mi hija menor, Alicia– dice Sebastián a sus compañeros, –es una chica que comprende bien la aritmética y la lógica. Ayer, por ejemplo, su hermana mayor, Flora, le preguntó cuántos años tiene y ella dijo: “Cinco años”. “¿Y el año pasado?” “Cuatro años”. “Como cuatro y cinco hacen nueve, tú tienes nueve años” dijo Flora.
–No es fácil engañar a Alicia. Inmediatamente ella preguntó a su hermana mayor: “¿Cuántas piernas tienes tú, Flora? “Naturalmente tengo dos piernas como todo el mundo”. “¿Y el año pasado?” “Dos, también”. “Pues bien” dijo Alicia, “como dos y dos hacen cuatro, tú tienes cuatro piernas y eres un burro”.
Ahora es Fernando el que insiste en que su hijo Felipe es aún más inteligente.
–Claro es que va a llegar a ser un gran científico. Hace una semana atrapó un saltamontes. Puso el insecto sobre la mesa y cuando gritó “¡Salta!”, el animalito saltó. Entonces le arrancó al animalito las piernas. Le puso otra vez sobre la mesa y de nuevo gritó: “¡Salta!” Pero esta vez el saltamontes no saltó. “Esto prueba” me dijo Felipe, “que si le arrancamos las piernas, el saltamontes se pone sordo”.
–Amigos, dice el viejo Álvarez, es verdad que sus hijos son sumamente inteligentes. Pero, a mi juicio, mi nieta, Adelita, criatura de doce semanas, es la nena más inteligente del mundo. Ya lee el periódico, y escucha la radio. Pasa todo el tiempo pensando en los problemas del mundo –la guerra, la contaminación del aire, el costo de la vida y los impuestos que van aumentándose.
–Amigo Álvarez –dijeron los otros, –creemos lo que nos cuentas porque eres un hombre muy honrado, pero dinos, ¿cómo sabes lo que piensa la nena si no habla todavía?
–No es necesario hablar con ella para saber que ella piensa en los problemas internacionales y domésticos. Si ella no está pensando en estos asuntos tan tristes, ¿por qué está llorando todo el tiempo?

Pfeiffer, Rubin. Cuentos simpáticos. Lincolnwood: Nacional Textbook Company, 1990.

 

Actividades

1- ¿Por qué van a la cantina los campesinos?
2- ¿Cómo se llaman los hijos de Sebastián?
3- Según la hija mayor, ¿cuántos años tiene la hija menor?
4- ¿Cuántas piernas tiene Flora?
5- ¿Qué va a ser el hijo de Fernando?
6- ¿Por qué cree Felipe que es sordo el saltamontes?
7- ¿Cuántos años tiene Adelita?
8- ¿Qué sabe hacer ella?
9- ¿Le creyeron a Álvarez sus amigos?
10- Según Álvarez, ¿por qué está llorando su nieta?

 

Otras actividades:

Encierre en un círculo la letra que corresponda a la respuesta correcta:

1. ¿Qué no se hace en la cantina?

a- No se divierten los campesinos.
b- No dan de beber a los chicos.
c- No hablan de asuntos serios.
d- No hablan de asuntos cómicos.

2. ¿Cuántos años tendrá la hija menor el año próximo? Tendrá…

a- Cuatro años.
b- Seis años.
c- Nueve años.
d- Diez años.

3. ¿Por qué no saltó el saltamontes según el hijo de Fernando? No saltó porque…

a- Se volvió sordo.
b- No tenía piernas.
c- El hijo de Fernando es científico.
d- El hijo de Fernando gritó: –¡Salta!

4. Según Álvarez, ¿qué hace su nieta?

a- Mira televisión.
b- Habla de la guerra.
c- Lee el diario.
d- Paga los impuestos.

5. ¿Cómo sabe Álvarez que su nieta es inteligente? Lo sabe porque…

a- No tiene más de tres meses.
b- Su condición es muy mala.
c- Llora muchísimo.
d- Tiene miedo del aire contaminado.

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