Lee atentamente el siguiente relato: El loco de Khalil Gibrán Fue en el jardín de un manicomio que conocí a un joven de rostro pálido y hermoso y lleno de encanto. Sentándome a su lado sobre el banco le pregunté: “¿Por qué estás aquí?” Me miró asombrado y...
Comprensión
El lobo y el perro
Lee atentamente el siguiente texto: El lobo y el perro Fedro Un lobo flaco y hambriento, encontró por casualidad a un perro bien nutrido. Luego de detenerse para cambiar el saludo, pregunto el lobo: - ¿De dónde vienes que estás tan lúcido? ¿Qué comes para estar...
Lo que sucedió a Lázaro con un escudero
Lee atentamente el siguiente texto literario: Lo que sucedió a Lázaro con un escudero Anónimo Tuve que sacar fuerzas de flaqueza y, poco a poco, con ayuda de las buenas gentes, llegué a esta insigne ciudad de Toledo, donde, gracias a Dios, a los quince días se...
La escopeta
Lee atentamente el siguiente relato: La escopeta Julio Ardiles Gray Avanzó entre los naranjos. El sol caía con tanta fuerza que le obligaba a entrecerrar los ojos. La paloma saltó entonces de una rama a otra, y a otra, y se perdió por entre el follaje bien...
El mundo en la barbilla
Lee atentamente el siguiente relato: El mundo en la barbilla Los carteles del cine y de la pista de baile no eran los únicos que, desde las paredes y los árboles de Olleros, reclamaban cada poco la atención de los vecinos. De vez en cuando, también, recalaba...
El piedrazo
Lee atentamente el siguiente relato: El piedrazo Luis Pescetti Resulta que yo había comprado una rifa de la cooperadora de la escuela que queda a media cuadra, y había sacado el primer premio que eran cuatro autos, dos casas, tres motos y un cuchillito. Bueno,...
El fan
Lee atentamente el siguiente relato: El fan Diego E. Gualda Lo gastaban. Lo gastaban todo el tiempo. Lo gastaban mal. Lo gastaban los parientes. Lo gastaban los amigos. Lo gastaban los compañeros de trabajo, tanto los superiores como los subalternos. Aunque,...
Wainamoinen y el gigante Wipunen – Núcleos Narrativos
Lee atentamente el siguiente relato: Wainamoinen y el gigante Wipunen El viejo, el impasible Wainamoinen, el runoya inmortal, hallábase ocupado en construir un navío, un navío nuevo, en la punta del promontorio nebuloso, de la isla rica en umbrías. Y cantaba,...
El árbol de la buena muerte
Lee atentamente el siguiente relato: El árbol de la buena muerte H. G. Oesterheld María Santos cerró los ojos, aflojó el cuerpo, acomodó la espalda contra el blando tronco del árbol. Se estaba bien allí, a la sombra de aquellas hojas transparentes que filtraban...