Lee atentamente los siguientes relatos:
El fantasma
Javier Villafañe
Despertó con un fuerte dolor en la nuca. Abrió la puerta y el perro ladró como si viera a un desconocido. Fue al embarcadero y subió a la canoa. Remó y en el primer remolino la canoa se dio vuelta. Después unos policías rastreaban el río en busca del ahogado.
-No lo busquen en el río -dijo un vecino-. El hombre está muerto en su rancho. Esta mañana oí ladrar a su perro. Salí y vi como la canoa se iba sola río abajo. Fue al fantasma del hombre que vio su perro. Por eso ladró así. Fue su fantasma el que subió a la canoa y se ahogó.
Cuando los policías entraron en el rancho, el hombre estaba tendido en un catre, muerto, con las manos sobre la nuca.
El desterrado
Enrique Anderson Imbert
Federico tomó el tren y volvió a su casa, en Belgrano. Era de noche. Su mujer, sus hijos ya estarían esperándolo. Vio el letrero de la estación: BELGRANO. Bajó. Se largó a caminar. De repente desconoció las calles. Todo se había mudado: calles, edificios, jardines, todo menos la estación. En la esquina donde debía estar su casa había otra. Antes estaba enjalbegada de cal, ahora era de ladrillos rojos, antes tenía un árbol enfrente, ahora se levantaba allí un buzón pintado con una bandera norteamericana. Pero la puerta era la misma. Entró. Sentados alrededor de una mesa llena de vasos y botellas de brandy jugaban a los dados unos pistoleros de película. Lo miraron torvamente y le gritaron algo que él no pudo entender. Sólo entendió que le gritaban en inglés. El corazón le dio un vuelco. Comprendió que en esa noche el barrio de Belgrano, de un gran salto, había cambiado posiciones con otro barrio venido el diablo sabe de dónde. Él estaba pisando un barrio que había venido volando, para atraparlo. Quiso huir hacia la estación. Corrió, pero sin moverse. Y mientras corría y corría sin adelantar un paso los pistoleros se rieron a carcajadas, se le acercaron lentamente, lo rodearon, les miraron las piernas inútilmente veloces y uno de ellos lo agarró con las dos manos y lo fue estrujando, amasando, comprimiendo, plasmando, modelando. Lo reducían, lo reducían… Ahora era solo un punto. El punto en un dado. Lo metieron, junto con otros dados, en el cubilete, y los pistoleros siguieron jugando. Federico esperaba su turno ¡Alguna vez su punto tendría que salir, cara arriba en el dado! Pero terminaba un juego y empezaba otro, y él no salía. Se repetían las combinaciones y se repetía su fracaso: el dado daba una vuelta en el aire y ¡zas! El punto caía para abajo. El fullero había cargado el dado. Cuando despertó no estaba en Belgrano: estaba en Chicago.
Actividades
Para el cuento “El fantasma”
1. ¿Cuál crees que pudo ser la razón de la muerte del protagonista?
2. Según el vecino, el que se ahogó fue el fantasma, ¿crees esta teoría es razonable? Explica.
Para el cuento “El desterrado”
3. ¿Dónde podemos darnos cuenta que Federico aparece «desterrado»?
4. ¿Qué diferencias existen entre el barrio de Belgrano, donde vive Federico, y el lugar en el que se encuentra?
5. ¿Cuál parece ser la causa de lo que acontece con Federico? ¿Qué hace que el lector dude de esa causa hacia el final?
Para ambos cuentos:
6. Describe los personajes que aparecen. Personaje principal y personajes secundarios.
7. ¿Qué indicios que aparecen nos hacen dar cuenta que existen elementos que rompen con el mundo real o natural? Menciona los hechos o personajes sobrenaturales que se mencionan.
8. ¿Cuáles son los temas de los cuentos?
9. ¿Cómo aparece descripto el escenario en donde transcurren los hechos?
10. Ambos cuentos son Fantásticos, ¿por qué? Explica y fundamenta con ejemplos.
11. ¿Cómo clasificarías a cada uno de los cuentos? Explica.
HOLA 😀