Lee atentamente el siguiente relato: El ayuno Émile Zola I Cuando el vicario subió al púlpito con su amplio sobrepelliz de blancura angelical, la pequeña baronesa estaba beatíficamente sentada en su sitio habitual, cerca de una salida de calor, delante de la capilla...
Comprensión
A las puertas del Olimpo
Lee atentamente el siguiente relato: A las puertas del Olimpo Versión de Beatriz Fernández y Alicia Stacco Para los griegos las cosas empezaron así... Al principio, todo estaba revuelto: el agua no corría, las tierras no eran sólidas, en fin, reinaba Caos (que...
Riqueza y pobreza
Lee atentamente el siguiente relato: Riqueza y pobreza Un día, un padre de familia rica y muy acomodada, llevó a su hijo de viaje al campo, con el firme propósito de que el joven valorara lo afortunado que era de poder gozar de tal posición, y se sintiera...
Soledad
Lee atentamente el siguiente relato: Soledad Pedro de Miguel Le fui a quitar el hilo rojo que tenía sobre el hombro, como una culebrita. Sonrió y puso la mano para recogerlo de la mía. Muchas gracias, me dijo, muy amable, de dónde es usted. Y comenzamos una...
La noche boca arriba
Lee atentamente el siguiente relato: La noche boca arriba Julio Cortázar Y salían en ciertas épocas a cazar enemigos; le llamaban la guerra florida. A mitad del largo zaguán del hotel pensó que debía ser tarde y se apuró a salir a la calle y sacar la...
El asunto del Boulevard
Lee atentamente el siguiente relato: El asunto del Boulevard Emilio Calle Me gusta cenar solo. En cuanto dispongo de un rato libre, escojo un restaurante desconocido y escribo, entre plato y plato, enigmáticas notas que me impiden olvidar a mis enemigos....
Lotro día
Le atenmente lesijiente testo: Lotro día Lotro día hestaba pensando que siuno escriviera noimportacómo ycaduno Komo sele antojara, o antogase, másmerefiero en un poregemplo no pelar lortografía, yque, enúnporegemplo, ponerse un asento donde no ba, o faltarle...
La sierra de pindonga
Lee atentamente el siguiente relato: La sierra de Pindonga Maite Alvarado — A la izquierda de la sierra de Pindonga está la loma de los Quinotos, que es el sitio exacto donde el diablo perdió el poncho —concluyó la maestra, señalando con el puntero un lugar en...
El leve Pedro
Lee atentamente el siguiente relato: El leve Pedro Enrique Anderson Imbert Durante dos meses se asomó a la muerte. El médico murmuraba que la enfermedad de Pedro era nueva, que no había forma de tratarle y que él no sabía que hacer… Por suerte el enfermo solito, se...