Lee atentamente el siguiente relato:

 

El amigo de la muerte (Adaptación)
Pedro Antonio de Alarcón

Ninguna frase pudiera haber sorprendido tanto a Ramón como la que acababa de escuchar:
– ¡Hola, amigo!
Él no tenía amigos. Pero mucho más le sorprendió la horrible impresión de frío que le comunicó la mano de aquella sombra, y aun el tono de su voz, que penetraba, como el viento del polo, hasta la médula de los huesos.
El pobre zapatero no podía, por consiguiente, distinguir las facciones del ser recién llegado, aunque sí su negro traje oscuro, que no correspondía precisamente a ninguno de los dos sexos.
Lleno de dudas, de misteriosos temores y hasta de una curiosidad vivísima, se alejó Ramón del frente de la puerta en que seguía parado y murmuró con voz desfallecida, entrecortada por el castañeteo de sus dientes:
-¿Qué quieres?
-¡Eso te pregunto yo! -respondió el ser desconocido, enlazando su brazo al de Ramón con afecto y familiaridad.
-¿Quién eres? -repitió el pobre zapatero, que se sintió morir al frío contacto de aquel brazo.
-Soy la persona que buscas.
-¡Quién!… ¿Yo?… ¡Yo no busco a nadie! -replicó Ramón queriendo desasirse.
-Pues ¿por qué me has llamado? -repuso aquella persona, estrechándole el brazo con mayor fuerza.
– ¡Ah!… Déjame…
-Tranquilo, Ramón, que no pienso hacerte daño alguno… -añadió el ser misterioso-. ¡Ven! Tiemblas de hambre y de frío… Allí veo una hostería abierta, en la que justo tengo que hacer esta noche… Entremos y tomarás algo. Ya te lo dije al llegar: somos amigos… ¡Y cuenta que tú eres el único a quien doy este nombre sobre la tierra! ¡Súmame a tu remordimiento!… Yo he sido la causa de todos tus infortunios.
-No le conozco… -replicó el zapatero.
-¡Sin embargo, he entrado en tu casa muchas veces! Por mí quedaste sin madre al tiempo de nacer; yo fui causa de la apoplejía que mató a Juan; yo te arrojé del palacio de Rionuevo; yo asesiné un domingo a tu vieja compañera de casa; yo, en fin, te puse en el bolsillo ese frasco de ácido sulfúrico…
Ramón tembló como un azogado; sintió que la raíz del cabello se le clavaba en el cráneo, y creyó que sus músculos crispados se rompían.
-¡Eres el demonio! -exclamó con indecible miedo.
-¡Hombre! -contestó la enlutada persona en tren de amable censura-. ¿De dónde sacas eso? ¡Yo soy algo más y mejor que el triste ser que nombras!
– ¿Quién eres, pues?
Ramón la o lo miró más detenidamente. Era una persona como de treinta y tres años, alta, hermosa, pálida, vestida con una larga túnica y una capa negra, y cuyos luengos cabellos cubría un gorro frigio, también de luto. No tenía ni asomos de barba, y, sin embargo, no parecía mujer. Tampoco parecía hombre, a pesar de lo viril y enérgico de su semblante.
Entonces, aquel ser misterioso dijo estas tremendas palabras:
-Yo soy la Muerte, amigo mío… Yo soy la Muerte, y Dios es quién me envía… Cinco veces he causado tu desventura, y yo, la deidad implacable, te he tenido compasión. Cuando Dios me ordenó esta noche llevar ante su tribunal tu alma impía, le rogué que me confiase tu existencia y me dejase vivir a tu lado algún tiempo, ofreciéndole entregarle al cabo tu espíritu limpio de culpas y digno de su gloria. El Cielo no ha sido sordo a mi súplica. ¡Tú eres, pues, el primer mortal a quien me he acercado sin que su cuerpo se torne fría ceniza! ¡Tú eres mi único amigo! Óyeme ahora, y aprende el camino de tu dicha y de tu salvación eterna.

Actividades

1. ¿Cómo es o parece ser la vida de Ramón?
2. ¿Qué sensaciones tiene con el ser que viene a visitarlo?
3. Copia descripciones del visitante.
4. ¿Qué tienen en común o parecido ambos personajes?
5. ¿Con que fin lo visita y qué arreglo hizo el personaje con Dios? ¿Qué interés tiene para hacerlo?
6. ¿Qué supones que debe aprender Ramón?
7. ¿Cuál es o son los temas del cuento?
8. ¿Cuál es el personaje común y corriente, y cuál el fantástico? ¿Por qué?
9. ¿Cuáles son los recursos para que este sea un cuento fantástico? Usa y aprovecha la teoría.
10. Escribe un cuento fantástico con dos de los siguientes personajes: un fantasma poderoso, un pozo encantado, la muerte, un duende burlón, una puerta a otro lugar del mundo, una piedra que habla, un vampiro solitario.

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