El guiso de hacha

Lee atentamente el siguiente relato:

 

El guiso de hacha

 Hace muchísimos años, un viejo marinero regresaba a su casa con unos días de licencia. El hombre estaba cansado de tanto caminar y tenía mucha hambre. Llegó a una aldea y llamó a la primera casa que encontró.
– Buena mujer, ¿podrías darle albergue a un caminante? La anciana le abrió la puerta y le dijo: -Pasa, marinero.
– ¿No tendrás,  buena mujer, algo para matar el hambre? La anciana tenía de todo pero era mezquina y, para no darle de comer al marinero, fingió ser pobre:
– ¡Ay, buen hombre, yo misma no he probado bocado en todo el día! – En fin… Cuando no hay, no hay- dijo el marinero. Pero, al ver debajo de un banco un hacha sin mango, agregó -: Si no tienes otra cosa, se podría hacer un guiso de hacha.
La anciana quedó atónita:
– ¿Un guiso de hacha?  – Pues claro. ¿No sabías que un hacha puede hacerse un sabrosísimo guiso? Ve y trae una olla.
La anciana le dio una olla. El marinero lavó el hacha y la metió en la olla; luego le echó agua y la puso al fuego. La mujer no le quitaba los ojos de encima.
El marinero tomó una cuchara, se puso a revolver el guiso y lo probó.  – Pronto estará listo –dijo-, aunque es una pena que no tengamos sal.  –Aquí tengo un poco, échale. El marinero echó sal en la olla y volvió a probar el guiso. – Está exquisito –dijo, pasándose la lengua por los labios-. Si se le agregara un puñado de arroz…
La anciana sacó de la despensa una bolsa repleta de arroz. –Toma, échale lo que haga falta. El marinero revolvió el guiso largo rato y luego lo probó otra vez.
La mujer lo observaba, incapaz de apartar sus ojos de allí. Este guiso está muy bueno –comentó el marinero-; pero unas cebollas no le vendrían nada mal. La anciana sacó de un barril unas cuantas cebollas y se las entregó. El marinero las puso en la olla y esperó nuevamente a que hirviera.
– ¡Qué bien huele! – exclamaba el marinero mientras resolvía-; si se le agregara un poco de carne quedaría para chuparse los dedos. La anciana trajo la carne y el marinero la puso en la olla.
Finalmente, el guiso estuvo listo. El marinero levantó la tapa y un riquísimo aroma salió de la olla. ¡Vamos buena mujer, toma la cuchara! Y empezaron a comer el guiso, haciendo alabanzas de su buen sabor. – Nunca creí que de un hacha pudiera hacerse una comida tan sabrosa – decía, asombrada, la anciana. El marinero comía a dos carrillos, riéndose para sus adentros.

 

Actividades

1. ¿Cuál es el objetivo que persigue el marinero?
2. Caracteriza a los personajes del cuento.
3. ¿Por qué, al final del cuento, dice que el marinero se ríe para sus adentros?
4. Extraé las principales acciones que te permiten armar el relato del cuento.
5. ¿Qué tipo de narrador refiere los hechos?
6. ¿Qué crees que significa “El marinero comía a dos carrillos”?
7. Realiza un listado con los ingredientes del guiso de hacha.
8. ¿El hacha, es un ingrediente del guiso? ¿Es necesaria para darle un sabor especial?
9.¿Por qué se llama guiso de hacha? ¿Qué nombre le pondrías a esta comida?
10. Luego de leído el cuento, ¿qué enseñanza podrías sacar? Transcríbela.
11. Extraé los verboides señalados en el texto con letra cursiva y clasifícalos.
12. Analizá morfológica, semántica y sintácticamente las siguientes oraciones:

1. Llegó a una aldea.
2. La anciana quedó atónita.
3. La anciana sacó de un barril unas cuantas cebollas y se las entregó.

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5 Comentarios

  1. Muy buena esta historia del marinero .
    Profesora la felicito su clase es excelente.

    Responder
  2. hola vladimir tienes que buscar en internet

    si es que todabia sigues buscando <3 <3 ……

    :3 :} :^ 🙂

    Responder
  3. el autor?? por favor lo necesito, para un trabajo practico!!

    Responder
    • Hola Vladimir: este es un cuento tradicional, por lo tanto es anónimo. Si bien en algún momento pudo tener un autor original, con el paso del tiempo y la transmisión oral (de boca en boca), seguramente fue modificándose y el nombre del autor se perdió, se olvidó o simplemente no importó tanto como la historia misma.

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