Lee atentamente el siguiente relato:
La bolsa de arpillera
Marcelo Di Marco
-Papi, ¡el hombre de la bodsa está allá dento!
Emilce, agitada, señaló con su dedito de tres años la puerta abierta de su cuarto. Se quedó quieta en la entrada del living, con su piyama de animales pálidos puesto al revés y sosteniendo un oso de peluche.
Había interrumpido así la amena conversación de sobremesa que sus papás mantenían con sus lacanianos1 amigos.
-Bueno, Emilce, tráelo, tráelo para acá al Hombre de la Bolsa –le dijo su papá, dulce y profesional-.
Con lo tarde que es, debe tener un hambre bárbara. Vamos a convidarle unos trocitos de budín.
Emilce salió disparada hacia su cuarto.
Un olor no precisamente agradable flotaba en el lugar. La madre de Emilce se acordó de la vez que había abierto una lata de mejillones bastante pasada. Se levantó para ir a ver…pero terminó por sentarse de nuevo, abombada por el alcohol.
-Son cosas de la abuela –explicó su marido a los invitados, siguiendo con la pipa la dirección que había tomado Emilce. -Lo mejor en estos casos, es hacerles vivir la fantasía.
-Lógico –dijo la otra mujer-. Acuérdense de cuando Pichón se tiró al suelo abrazado al paranoico2 que veía una locomotora venírsele encima.
Emilce volvió. En lugar de su oso de peluche traía de la mano al Hombre de la bolsa. El espejo que colgaba de la pared se estrelló en el piso con terrible estrépito. El mal olor se hizo insoportable, repugnante.
El padre de Emilce retrocedió, fascinado. Su amigo alcanzó a ponerse de pie, tapándose la nariz con una servilleta.
El Hombre de la Bolsa llevaba un aludo sombrero negro lleno de agujeros y una capa gris, como del siglo pasado, cubierta de lamparones. Era demasiado bajo, casi enano. Era muy sucio, infinitamente inmundo y viejo. Dejó en el suelo su bolsa de arpillera, que se movía con leves temblores (chicos, pensó el paralizado padre de Emilce) extrajo un trabuco3 naranjero de entre sus harapos y apuntó al grupo.
-Sabed que no es de mi apetencia el budín inglés, señor mío –dijo, con una hedionda4 voz seca, inolvidable-, hoy sólo me he acercado con el único propósito de llevarme a mi morada a la deliciosa Emilce.
Entre los gritos de las damas y la inoperancia de los caballeros, abrió su mugrienta bolsa y metió a Emilce junto con los demás niños que esa noche constituirían su cena. Y desapareció.
Glosario
1- Lacanianos: Que adhiere a las teorías de Lacan, psicoanalista francés.
2- Paranoico: relativo a la paranoia, perturbación mental.
3- Trabuco: arma de fuego corta.
4- Hedionda: que despide olor desagradable.
Actividades
1. Luego de leído el relato, completa el marco:
Lugar:
Personajes:
Tiempo:
2. ¿Por qué irrumpe Emilce la reunión de sus padres?
3. ¿Cómo reaccionan los adultos ante lo que dice Emilce?
4. ¿Qué hecho da indicio del conflicto?
5. ¿Podemos considerar que los hechos que se narran hasta ahí corresponden a un relato verosímil realista?
6. Si observamos las características del personaje y lo que sucede en el final, ¿lo podemos interpretar como posible, como inexplicable o como ambas cosas a la vez? Fundamenta tus respuestas con citas del texto.
Recuerda que:
El cuento fantástico es un relato literario en el cual los hechos -en principio- se rigen por las leyes de nuestro mundo (verosímil). Sus personajes viven conflictos en un medio natural hasta que un elemento sobrenatural irrumpe en ese medio y ese verosímil se quiebra. Eso provoca una perturbación en el lector y a veces, también en el narrador o personajes, pues ese acontecimiento no puede ser explicado racionalmente, y así se instaura la duda, la vacilación. |
7. ¿Podemos afirmar que “La Bolsa de arpillera” es un cuento fantástico? ¿Qué hechos del cuento permiten fundamentarlo?
8. ¿Qué otros datos nos permiten creer que El Hombre de la Bolsa puede ser un ser de otro mundo?
9. ¿Por qué los adultos no hicieron nada para salvar a Emilce? ¿Qué crees que hubieras hecho vos en esa situación?
10. Marca con una X el tema del relato:
• Una transformación.
• Un pasaje a otro mundo, a otra realidad.
• Un pasaje a otro tiempo o espacio, a otra dimensión.
• La aparición de un fantasma.
• La irrupción de un ser de otro mundo.
• La aparición de un doble.
• El tema de los poderes ocultos.
• La confusión entre sueño y realidad.
El pronombre personal
Imaginemos que una persona extranjera que está aprendiendo español nos pregunta ¿Qué significa la palabra “yo”? ¿Cómo le responderíamos? No le podemos decir “Yo significa yo”, porque no comprendería, pero tampoco le podemos contestar: “Yo, en realidad sos vos”. Más confuso aún. ¿Por qué se dificulta la explicación? Porque estamos hablando de pronombres, una clase de palabras que no tiene significado, o más precisamente, tiene una significación ocasional. Esto quiere decir que adquieren significado en la situación comunicativa. Un modo de responder podría ser: “Yo, significa la persona que habla”, es decir, cada vez que una persona toma la palabra puede decir “yo”. De la misma manera “tú o vos” es la persona que escucha, y “él y ella” son las personas que están fuera de la situación comunicativa.
Los pronombres cambian de forma dependiendo de su función sintáctica como se ve a continuación en el cuadro completo de los pronombres personales:
EMISOR
Primera persona |
REFERENTE
Tercera Persona |
RECEPTOR
Segunda Persona |
|
Singular | Yo (sujeto)
Me (od/oi) Mí (término) Conmigo (circ.) |
Él, ella (sujeto/término)
Lo/a (od) Le, se (oi), sí (término) Consigo (circ.) |
Tú (sujeto)
Vos, usted (sujeto/término) Ti (término) /te (od/oi) |
Plural | Nosotros/as
(Sujeto/término) Nos (od/oi) |
Ellos/as
(Sujeto/término) Los/as (od) Le/s (oi) |
Vosotros/as,
Ustedes (sujeto/término) Os, se (od/oi) |
El pronombre posesivo
Es aquella clase de palabra que se utiliza para indicar la posesión o pertenencia de un objeto determinado: Este abrigo es mío significa que me pertenece.
Para tener en cuenta, un pronombre posesivo:
a) Concuerda en género y número con la palabra a la que se refieren: Este libro es mío frente a Esta libreta es mía o bien Mi perro frente a Mis perros.
b) Sustituye a un sustantivo o sintagma nominal. Aquí tienes algunos ejemplos:
• Este videojuego es mío, no es el tuyo.
• No sé dónde he puesto mi chaqueta. ¿Me prestas la tuya?
En los ejemplos anteriores observamos cómo, en el primer caso, «el tuyo» sustituye al videojuego antes mencionado y, en el segundo caso, «la tuya» se refiere a la chaqueta.
Los pronombres posesivos son:
Persona | Singular | Plural |
1ª | mío, míos; mía, mías | nuestro, nuestros; nuestra, nuestras |
2ª | tuyo, tuyos; tuya, tuyas | vuestro, vuestros; vuestra, vuestras |
3ª | suyo, suyos; suya, suyas | suyo, suyos; suya, suyas |
Nota: Los pronombres posesivos sólo se usan después de ya haber mencionado el sustantivo.
Ahora lee el siguiente fragmento extraído del cuento leído:
“Un olor no precisamente agradable flotaba en el lugar. La madre de Emilce se acordó de la vez que había abierto una lata de mejillones bastante pasada. Se levantó para ir a ver…pero terminó por sentarse de nuevo, abombada por el alcohol.”
1) Si este fragmento fuera narrado por la madre de Emilce ¿qué cambios en los pronombres sería necesario realizar? Transcríbelo con los cambios y subraya los pronombres.
2) Subraya los pronombres personales del siguiente fragmento del cuento, luego transcríbelos y clasifícalos según el cuadro y establece su función sintáctica:
“-Bueno, Emilce, tráelo, tráelo para acá al Hombre de la Bolsa –le dijo su papá, dulce y profesional-. Con lo tarde que es, debe tener un hambre bárbara. Vamos a convidarle unos trocitos de budín.
3) Subraya los pronombres posesivos del primer párrafo.
Referencia pronominal
La cohesión textual es una propiedad que otorga unidad al texto. Esto se logra por medio de diversos mecanismos que relacionan sus partes como un entretejido. Uno de ellos es la referencia pronominal, un procedimiento cohesivo que consiste en usar pronombres que se refieren a otras palabras o construcciones del texto. Justamente la clase de palabras que acabamos de estudiar, el pronombre, por su significación ocasional, es la que permite llevar a cabo este procedimiento.
En el siguiente fragmento del cuento leído hay pronombres. Para quien lee el relato es posible entender a qué se refieren porque el mismo texto brinda esos elementos.
Veamos:
“-Bueno, Emilce, tráelo, tráelo para acá al Hombre de la Bolsa –le dijo su papá, dulce y profesional-. Con lo tarde que es, debe tener un hambre bárbara. Vamos a convidarle unos trocitos de budín.”
1) Observa el ejemplo que te damos a continuación en la primera fila del cuadro y luego complétalo con el resto de los pronombres marcados en rojo.
Pronombre | Elemento de referencia |
lo | El Hombre de la bolsa |
lo | |
le | |
le | |
su |
2) Reconoce en el fragmento del cuento transcripto los pronombres, transcríbelos y repón su referente:
“Emilce volvió. En lugar de su oso de peluche traía de la mano al Hombre de la bolsa. El espejo que colgaba de la pared se estrelló en el piso con terrible estrépito. El mal olor se hizo insoportable, repugnante.
El padre de Emilce retrocedió, fascinado. Su amigo alcanzó a ponerse de pie, tapándose la nariz con una servilleta.”
Recordá
La Referencia es el procedimiento cohesivo por el cual un pronombre se refiere a otra palabra o construcción del texto sustituyéndola.
3) Relee el cuento “La bolsa de arpillera” de Marcelo di Marco, y cambia la resolución de manera que se pueda interpretar como realista. (cinco renglones aproximadamente.) Usa al menos dos pronombres posesivos e indica su referencia.
4) Leé la siguiente estrofa de la zamba “Agitando pañuelos” de los Hermanos Ávalos:
Yo me iré, tú vendrás,
yo te llevaré, mi rancho se alegrará.
Agitando pañuelos me iré
y en mí vivirá aquel carnaval.
Agitando pañuelos me iré
cantando esta zamba repiqueteadita.
• Extraé los pronombres personales y posesivos, clasificados según lo estudiado en clase.
Por qué me gusta
Excelente, muchas gracias.