Lea atentamente el siguiente texto:

 

La flor
Leónidas Barletta

Después entraron dos muchachos, indecisos, y Margarita los miró en la combinación de los tres espejos del local. Afuera se había detenido un aire frío, duro, que la gente empujaba tercamente.
En la trastienda, en cambio, la atmósfera era tibia y los grandes canastos de flores despedían un vaho dulzón que mareaba.
La vieja Aurora apoyó las manos en el mostrador y se inclinó hacia delante, torciendo de lado la cabeza como si pretendiese insinuar que su oído andaba remiso.
Margarita oyó que uno de los muchachos decía, con la voz velada:
– Una corona… blanca…
– Mejor roja… – apuntó el otro, con una voz que estridía sin ser alta.
– Blanca… – insistió el primero en un tono apagado, y añadió:
– En la cinta hay que poner: sus compañeros de colegio.
Por los espejos Margarita vio cómo el muchacho daba vuelta la cara con los ojos abultados de lágrimas y cómo subía y bajaba la nuez de su cuello flaco. El otro iba contando y alisando el dinero que sacaba de todos sus bolsillos, con cierto rencor contenido.
La vieja volvió a entrar y esquivando los ojos le alcanzó a Margarita una rueda de papel y musgo artificial, como un salvavida, exhortándola a que confeccionara la corona.
Margarita levantó la cabeza bruscamente y protestó:
– Pero, doña, si son las cinco menos diez. Yo a las cinco, planto. Ya no doy más.
– Terminame esta corona y te vas – gruñó la vieja observándola con un solo ojo.
– Tengo los dedos deshechos – rumió la muchacha mirando con odio los manojos de flores, dentro de los baldes de agua.
Sentía las yemas de los dedos como si estuviesen sin piel. El olor acre de los pétalos magullados, de los tallos trenzados, las rosas exhaustas amontonadas en el piso húmedo, la carne túrgida, como de marisco, de los gladiolos, le producían una mezcla de repugnancia y de sueño, con un dolorcito de cabeza que empezaba en espiral entre los ojos.
Margarita hace un tirabuzón de alambre alrededor del tallo endeble de las dalias y las va sujetando en el ruedo de papel, y ve a su madre, escondiendo sus manos debajo de la pañoleta. Cuando ella llegue encenderá el calentador y le servirá café con leche y pan, por toda comida.
De noche no toman más que café con leche y el líquido azucarado hace ruido en las tripas huecas.
Dos camas apretujadas, una mesa con tres sillas y un aparador modesto, es todo lo que poseen. En la pared hay un retrato del padre, que murió hace algunos años, y, ciertamente, desentona con su cuello almidonado. Cerca del tragaluz, de una cuerda penden algunas ropas puestas a secar, como se describe en los cuentos de Chéjov. A ratos se mueve un tufo repelente a madera húmeda y podrida.
Cuando se case con Fernando dejará esa habitación sombría y quizás encuentren otra más alegre, con una ventana donde se posarán los pajaritos. Pero todos los días irá a visitar a su madre.
Entonces, Azucena, que tiene doce años, trabajará para mantener a la vieja, como lo hace ella ahora… Pero que no se meta en una florería creyendo que es un trabajo agradable y liviano…
Una dalia cae al suelo y Margarita, sin poder evitarlo, la tritura con el pie, mientras piensa: una menos.
Los dos muchachos ya se han ido y a la corona la llevará don Luis cuando vuelva.
Margarita sigue enroscando alambre en los tallos de las dalias y la idea de que al terminar va a encontrarse con Fernando, le da nuevos bríos. El jugo de los tallos quebrados le irrita la piel agrietada de los dedos. Una dalia girando entre sus manos le ha golpeado la boca y ella se aparta como de un bicho baboso y escupe limpiándose la boca.
El viejo reloj de pared da cinco campanadas gordas, perezosas, la dueña gruñe:
– No me vas a plantar el trabajo. Terminame primero la corona y después te vas.
Margarita baja la cabeza y siente un vago deseo de llorar. Fernando estará esperándola en la esquina, soplándose las narices, golpeándose las manos y dando saltitos para calentarse los pies.
Por más que ella se apure, el tiempo vuela y falta cubrir de flores casi la mitad de la rueda. El latido del reloj repercute en sus sienes. Podría ser que él se cansara de esperar y se fuera. O que creyese que está enferma y no ha ido a trabajar. Una impaciencia rencorosa le hace deshojar con furia las últimas dalias para evitarse el trabajo de engancharlas en la corona.
– Ya está, doña-dice al fin mientras se quita a tirones el delantal y lo cuelga de un clavo en la pared.
– Hasta mañana.
– Y sale corriendo, aturdida. El aire frío le quema los dedos machucados, le pela los bordes de la nariz, pero le despeja la cabeza a pesar de sentirse chocada, empujada, apartada, por seres de rostro lavado, inexpresivo, que llevan a pasear sus carteras o sus corbatas.
En la esquina encuentra a Fernando. Lo examina con inquietud, para saber si está enojado. Él le pregunta:
– ¿Qué te pasó?
– Y … ya sabés … a último momento, una corona …
Se miran desconsoladamente. Ninguno de los dos quiere ser feliz sino inmensamente desdichado, porque así entienden el amor. Y cuando se reúnen y con cautela se revisan en el fondo de los ojos para ver si siguen siendo los mismos, sienten un delicioso alivio que les hace olvidar el cansancio cotidiano y se prestan las manos y la cara, y cada una de las partes del cuerpo bebe, en la otra, el vigor necesario para seguir existiendo.
Se amaban. Ya habían llegado a decirse: ¡eternamente! Ella procedía con tanta ansiedad como si tuviese que morir al minuto siguiente. Se abandonó sobre el brazo de él y murmuró:
– Estoy deshecha. Tengo los dedos pelados y el frío me los hace doler más.
Se miraron con angustia en el reverso de los ojos. Los labios de ella se despegaron penosamente para ensayar una trémula sonrisa. Entonces la ternura de él se fue acumulando, creció de improviso a borbollones, como una ola y desbordó por sus ojos, por su boca…
– Querida,… querida mía…
Si no hubiesen estado en la calle la hubiera abrazado, la hubiera besado en la boca descolorida, en el pelo, en los dedos lastimados y helados, poniéndose de rodillas. Hubiera querido decirle que se sentía terriblemente humillado en su impotencia para evitar que ella tuviese que marchitarse en una tarea tan dura. Apenas pudo murmurar, sobreponiéndose:
– Mirá lo que te traje.
Y entreabrió un poco el saco y extrajo una flor.
A ella se le iluminaron los ojos, tomó la rosa que Fernando le alcanzaba, la besó y la apretó suavemente contra su mejilla, sintiendo la inefable ternura de sus pétalos, su tímida fragancia.

 

Actividades

1. Atendiendo a las explicaciones que se dan a continuación y recordando que narrar consiste en contar un hecho, una transformación, identifica qué tipo de texto narrativo es el que leíste.

Novela

Es una narración extensa, que presenta gran diversidad de personajes y de ambientes; distintas historias; descripciones de lugares, de épocas y de personajes; gran cantidad de diálogos. Requiere mucho tiempo para ser leída, por eso admite una lectura interrumpida. El final no es importante.

Cuento

Es un relato breve, que puede ser leído de una sola vez porque exige concentración, tiene pocos personajes, los diálogos son rápidos y están al servicio de la acción, la historia es una sola que tiende, generalmente, a un final sorpresivo e importante.

Leyenda

Es una narración que se va transmitiendo de generación en generación, se refiere a hechos reales pero alterados por la fantasía e imaginación de quienes lo han ido contando a través de los años. Las leyendas tratan de dar una explicación acerca de la existencia o el origen de seres, del mundo, de lugares, etc. El conflicto entre los seres reales se soluciona con la intervención de fuerzas sobrenaturales (dioses, duendes, magos, elementos de la naturaleza con poderes especiales: pájaro, viento, fuego, etc.)

Fábula

Es un relato donde los personajes que realizan la acción y dialogan son animales o cosas personificadas. Terminan con una enseñanza moral (moraleja).

Mito

Es una narración cuyos personajes son dioses o semi-dioses a través de la cual se intenta explicar el origen del mundo, del orden, de la creación o desaparición de los seres humanos y de toda la naturaleza.

Biografía

Es un texto narrativo que cuenta la vida de una persona, generalmente en orden cronológico. Esa persona es reconocida socialmente, se destacan las acciones más interesantes de su vida y, normalmente, para ello, se consultan documentos y diversas fuentes de información. Cuando la historia es narrada por el propio protagonista, se llama autobiografía.

2. Encierra en un semicírculo la respuesta correcta y luego completa sobre la línea punteada:

– El texto LA FLOR, es: una biografía – una novela – una leyenda – un cuento – una fábula – un mito, porque ………………………………………

Así como hay distintos tipos de textos narrativos, también hay distintos tipos de cuentos según a qué tipo de personajes, lugares y acciones se refieran.

3. De acuerdo con la explicación que se da acerca de cada tipo de cuento, ubica el nombre en la línea punteada correspondiente:

Cuentos: realistas, maravillosos, fantásticos, policiales, de ciencia-ficción, de terror.

Hay un conflicto policial que es investigado por un detective que sigue pistas. El clima de suspenso caracteriza todo el relato. Este es un cuento ……………………..

Se refiere a hechos ubicados en el futuro que tienen personajes, lugares o espacios que , si bien son insólitos, se hacen verosímiles por conocimientos científicos. Por ejemplo: viajes interplanetarios, seres extraterrestres, robots, aventuras a través del tiempo, etc. Este es un cuento ……………………..

Relata historias inverosímiles, pobladas de reyes, hadas, dragones, brujas, que ayudados por objetos mágicos viven aventuras sobrenaturales, maravillosas. Este es un cuento ……………………..

Se cuenta un relato con situaciones desconocidas; con fantasmas, aparecidos, muertos que resucitan, monstruos y la finalidad del narrador es producir miedo, terror, espanto, en los lectores. Este es un cuento ……………………..

Cuenta una historia cotidiana, en un mundo real; en la cual aparece un hecho inexplicable, fantástico, que provoca en el lector la duda: ¿es verdad o ilusión, es fantasía o realidad? Tal duda no se aclara porque no hay una explicación lógica. Este es un cuento …………………….

4. El cuento LA FLOR, ¿qué tipo de cuento es y por qué?

En todo texto narrativo hay distintos aspectos para analizar tendientes al logro de una mejor comprensión de la historia que se narra.

Estos puntos de análisis son: el narrador, el tiempo en que transcurren las acciones, el espacio donde se realizan los sucesos, los personajes y las secuencias de acciones.

El narrador

Es la voz que elige el autor para que se haga cargo de contar la historia. Es una figura imaginaria creada por el escritor. No hay que confundir autor con narrador.

El autor es la persona, el escritor, que puede decidir quién contará la historia: un narrador omnisciente, un narrador testigo o un narrador protagonista.

Narrador protagonista: forma parte de la historia, es un personaje dentro de ella y cuenta los hechos en primera persona. Sabe lo que hace, dice y piensa él mismo. Narra desde su punto de vista.

Ejemplo: “El tren era el de todos los días a la tardecita, pero venía moroso, como sensible al paisaje. Yo iba a comprar algo por encargo de mi madre. Era suave el momento, como si el rodar fuera cariño en los lúbricos rieles. Subí y me puse a atrapar el recuerdo más antiguo, el primero de mi vida. El tren se retardaba tanto que encontré en mi memoria un olor maternal…”

(Extraído del cuento Tren de Santiago Davobe)

Narrador omnisciente: sabe lo que hacen, sienten y piensan los personajes. Se expresa en tercera persona. (La palabra omnisciente significa “el que todo lo sabe”)

Ejemplo: “… Tionisio Pulido era un indio campesino que una tarde de febrero estaba labrando sus tierras cuando el suelo comenzó a temblar y a moverse. Los temblores no lo sorprendieron mucho porque ya hacía alrededor de quince días que esto ocurría, pero sí se asustó mucho cuando su arado chocó con una gran piedra…”.

(Extraído del cuento El día en que el Paricutín hizo temblar el sur de México de Constanza Gechter)

Narrador testigo: Sólo cuenta lo que hacen o dicen los personajes en su presencia o lo que se entera por otros. Puede referirse únicamente a lo que él ve, oye o percibe pero no puede explicar sentimientos ni pensamientos de los personajes.
Puede estar escrito en primera o tercera persona.

Ejemplo: “… Durante los siguientes días los hombres recorrieron Paso del Rey, en las vecindades del río Reconquista, buscando la calle Tronador y una casa humilde con pilares rosados.
Una tarde fueron atacados por unos lugareños levantiscos y dos noches después cayeron presos por sospechosos…”

(Extraído de Balada de la primera novia de Alejandro Dolina)

5. Relee el cuento LA FLOR e identifica qué tipo de narrador relata los hechos. Ejemplifica con dos citas extraídas de ese cuento.

El tiempo y el espacio de la narración

Estos dos aspectos forman lo que se denomina el marco de la narración.

Nos indican cuál es el lugar, el escenario donde ocurren las acciones contadas por el narrador. A veces, este espacio está precisado claramente a través de nombres concretos o de descripciones detalladas en las que se dan las características del lugar. Otras veces, se debe deducir por ciertos datos del contexto cómo es el espacio donde se presentan los sucesos.

Los hechos, en la vida real, se suceden siguiendo un orden cronológico, es decir, uno después de otro. Sin embargo, el narrador, en la historia, puede presentarlos de esa manera, o bien, alterando el orden en que se produjeron, ya que, los hechos que se cuentan son ficticios.

También el tiempo puede ser trabajado con precisiones o de manera imprecisa, en ese caso, hay que prestar atención a las acciones, los personajes, las descripciones, para tratar de determinar en qué momento ocurren los hechos.

6. Después de volver a leer el texto LA FLOR, responde:

a) ¿Cuáles son los lugares donde ocurren las acciones? Justifica transcribiendo ejemplos del texto:

b) El tiempo en el que transcurren los hechos en el cuento: ¿siguen un orden cronológico o ese orden está alterado?

c) ¿En qué época del año se desenvuelve el relato y por qué indicios lo podemos determinar?

d) ¿Cuál de esta serie de acciones respeta el orden en que se desarrollan en el cuento?

i.
– encargo de la corona
– enojo de Margarita
– orden de Aurora
– reflexiones de Margarita
– armado de la corona
– finalización del trabajo
– ansiedad y angustia de Margarita
– encuentro de los novios
– emoción de Margarita
– entrega de la flor

ii.

– encargo de la corona
– orden de Aurora
– enojo de Margarita
– armado de la corona
– reflexiones de Margarita
– ansiedad y angustia de Margarita
– finalización del trabajo
– encuentro de los novios
– entrega de la flor
– emoción de Margarita

Has determinado las acciones que han ocurrido en el cuento. Como puedes observar, se expresan a través de oraciones unimembres en las que se condensa el contenido de la narración siguiendo la secuencia de hechos que aparecen en el texto.

Personajes

Los personajes de una narración pueden ser humanos, animales u objetos animados. Podemos conocer las características de ellos a través de las descripciones que haga el narrador (rasgos físicos, vestimenta, actitudes, psicología, personalidad) o bien, por medio de las acciones que realizan o los diálogos en los que intervienen.
Los personajes, según su grado de participación en la narración, pueden clasificarse en personajes protagonistas y personajes secundarios.

Por ejemplo, en el cuento LA FLOR, por medio de las actitudes de Aurora, podemos describirla así:

Es una mujer de edad avanzada, tiene un carácter esquivo y, al mismo tiempo, autoritario. Su trato es poco cordial y no manifiesta consideración alguna hacia Margarita. Sus actitudes la muestran como una persona que no despierta afecto ni simpatía sino rechazo.

7. Responda las siguientes preguntas referidas al cuento:

a. ¿Cómo describirías a Margarita?:

b. El estado de ánimo de la joven protagonista: ¿varía o es el mismo a lo largo de todo el relato?

c. A partir de las actitudes de Fernando: ¿Puedes describirlo?

d. ¿Cuáles son los personajes protagonistas y secundarios en este cuento?

e. Piensa: ¿qué asociación puede establecer entre el nombre de las dos hermanas y el título del cuento?

Estructura narrativa

La mayoría de los textos narrativos, presenta una determinada organización que podemos simplificar en tres partes:

Introducción o Situación inicial

Es el punto de partida en el que se presenta a los personajes, el lugar y el tiempo. También se denomina marco.

Desarrollo o Complicación

Comprende una o varias acciones que alteran la situación inicial. Aquí aparecen los problemas o conflictos que
deben resolver los personajes.

Desenlace o Resolución

Es la manera como se resuelve el o los conflictos planteados en el desarrollo.

Es necesario aclarar que hay narraciones a las cuales les puede faltar la introducción o el desenlace o estas partes pueden tener un orden diferente del que aquí se ha presentado.

8. Marca en el cuento LA FLOR desde dónde hasta dónde se extiende la introducción, el desarrollo y el desenlace.
9. Marca con una cruz el enunciado que exprese el tema del cuento:

(El tema expresa cuál es el asunto al que se refiere la narración. Responde a la pregunta: ¿de qué trata el texto? Se expresa en una oración unimembre encabezada por un sustantivo abstracto).

– La maldad de una mujer.
– El poder transformador del amor.
– Los condicionamientos de la pobreza.
– La explotación laboral.

Como habrás podido observar, resulta difícil elegir ya que todos son temas del cuento. Sin embargo, uno es el que adquiere mayor relevancia y le da sentido a toda la historia, ése es el tema principal; los demás son los temas secundarios.

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1 Comentario

  1. Muy buen material para trabajarlo en grupos. Muchas gracias.

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