La leyenda del isondú – Las luciérnagas

Categorías: La leyenda

Lee atentamente el siguiente relato:

 

La leyenda del isondú

Esta leyenda me la contaron de dos maneras. Una me gustó más que la otra.
En la primera versión, había un luminoso indio guaraní que atraía admiración, odios y amores.
Se llamaba Isondú.
Era de esas personas que hacen que parezca fácil cazar bien, pescar aún mejor y gustarles a todos.
O a casi todos.
Porque Isondú llegaba y las jóvenes no buscaban excusas para acercarse. Simplemente venían a mirarlo, a conversar con él.
Y lo rodeaban los amigos. Siempre, donde estaba Isondú había acción y risas.
No era su intención, pero se destacaba de los demás. Como si tuviera una luz acompañándolo, dándole protagonismo.
Los que no se agrupaban junto a Isondú, los que no lo querían, empezaron a sentir que se perdían en su sombra.
Se quedaban mirándolo, en la oscuridad. Primero solos, impotentes. Después juntos, envalentonados, compartiendo envidia.
¿Cómo son los pensamientos en la oscuridad?
Son muy negros.
Isondú lo supo una noche, cuando cayó en una trampa para cazar animales y sus envidiosos enemigos se abalanzaron sobre él.
No se sabe con qué lo atacaron. Probablemente con mazas. Pero lo hicieron todos juntos, a la vez, por sorpresa.
Si no, nunca hubieran podido vencerlo.
Le hicieron muchas heridas. Algunos dicen que veintidós y que el cuerpo de Isondú murió.
Pero él era un indio de este mundo. Y de otros.
El hecho fue que sus heridas cambiaron de color. Se aclararon, se volvieron blancas y brillaron. Unas lucecitas con alas que se desprendieron del cuerpo tomando vuelo.
Se fueron agrupadas como pedacitos voladores de la Vía Láctea.
Se transformaron en luciérnagas. Antes no existían. El cuerpo mismo de Isondú se hizo volátil y se fue por ahí, con ellas.
Desde esa noche, entre los ríos Paraná y Uruguay, hay una zona donde es casi imposible que alguien se deje ganar por la oscuridad del camino. ¡Mucho menos que se pierda!
Un séquito de luces puede acompañarlo; unos destellos, colarse en los más oscuros sentimientos.
Algo del indio Isondú, algo de luciérnaga repartido en vuelos, va a darle más fuerza.
Y esa es una versión del nacimiento de las luciérnagas. O isondúes, o tuquitos. O bichitos de luz.

Pero hay otra. Es esta:

Tupá había creado a los hombres. Solos, en este gran mundo, tenían frío. Así que también les dio el fuego.
¿Alguien no vio una fogata chisporrotear a la noche, en el campo?
Entonces tienen que verla.
¿No se reunieron alrededor de un fogón y compartieron una comida, un mate, una canción, un cuento?
Entonces, no saben.
Pero como pueden imaginarlo, no hace falta que detalle lo que sintió Añá, el espíritu del mal, viendo cuántos calorcitos encendían esos fuegos.
Así que sopló y sopló. Y sopló hasta que los apagó toditos.
Añá se sintió de fiesta.
Pero Tupá es dios, y es espíritu de trueno. Vive en el cielo, sabe de cosas aladas y de trampas buenas.
Por eso inventó los isondúes.
Los isondúes volaron juntos. Resplandecieron como mágicas fogatas sobre el monte, en el bosque, cerca de los arroyos, en la selva.
Tras ellos fue engañado Añá, soplando y soplando. Pero esas velitas no se apagaban.
Dicen que donde hubo fuego, cenizas quedan. Más bien, rescoldos, brazas, chispas, tizones.
Son los que usó Tupá para volver a encender los fuegos de los hombres, mientras Añá se frustra todavía, intentando apagar luciérnagas.

Graciela Repún – Leyendas argentinas

Actividades

1. a. Subraya las palabras que mejor dicen cómo es Isondú:

alegre – bello – aburrido – inteligente – amable – valiente

b. Ahora, subraya las palabras que mejor dicen cómo son sus enemigos:

preocupados – envidiosos – generosos – temerosos – vengativos

2. ¿De qué otras formas se nombra a las luciérnagas en las leyendas?
3. ¿Qué le pasó a Isondú cuando lo atacaron?

a. Su cuerpo se desvaneció en el aire.
b. Salió volando y se convirtió en una luciérnaga.
c. Sus heridas se transformaron en luciérnagas.

4. Completa el cuadro con las siguientes palabras según se relacionen con la bondad o la maldad (en un caso, se relaciona con ambos)

Isondú – envidia – oscuridad – Tupá – luciérnagas – trampa – fuego – soledad – viento – pensamientos negros – calor

BONDAD MALDAD

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5. Marca cuál de las siguientes expresiones dice mejor…

a. Resplandecieron como mágicas fogatas.

Brillaron transformadas en un fuego mágico.
Brillaron porque se habían hecho mágicas.
Brillaron como si fueran fueguitos mágicos.

b. Cuántos calorcitos encendían esos fuegos.

Cuántos pequeños leños se prendían fuego.
Cuántos hombres se protegían al calor de las fogatas.
Cuántos leños eran necesarios para encender una fogata.

6. Compara las luciérnagas con las velitas tachando lo que no corresponda.

a. Se parecen / se diferencian por el brillo
b. Se parecen / se diferencian por cómo se encienden.
c. Se parecen / se diferencian por cómo se apagan.
d. Se parecen / se diferencian por el calor que brindan.

7. Responde en oraciones completas:

a. Cuenten por qué nacen las luciérnagas en estos relatos.
b. ¿Cuál es el conflicto en cada leyenda?
c. ¿Qué personajes se enfrentan?
d. Presten atención a los lugares que se nombran. ¿Qué relación tienen con el paisaje donde habitaban los guaraníes?
e. ¿Cómo creen ustedes que pueden haber nacido las luciérnagas?

Ahora, lee la siguiente teoría:

LAS ACCIONES NARRATIVAS:

Las narraciones se componen de una secuencia narrativa de introducción, conflicto y resolución. Cada una de estas tres partes está formada por una o varias acciones narrativas. Las acciones narrativas son hechos que se encadenan ordenadamente en el tiempo y dan lugar a la historia. Esto significa que se cuentan una después de otra y que, si se altera el orden o se modifica alguna, la narración cambia también.

LOS PERSONAJES: PROTAGONISTA, ANTAGONISTA Y AYUDANTES:

Los personajes son seres inventados que realizan las acciones o a quienes les ocurren los hechos. El protagonista es uno de los personajes principales porque a él le pasan los hechos que se cuentan. Ese es el caso de Isondú, por ejemplo.
El antagonista es el otro personaje principal, que se opone al protagonista o actúa en su contra. Por ejemplo: los enemigos envidiosos de Isondú, que lo atacan.
El resto de los personajes son secundarios. Algunos son ayudantes: pueden colaborar con el protagonista para que logre lo que quiere o con el antagonista, para impedirlo.

Realiza las siguientes actividades:

1. Las siguientes acciones corresponden a la segunda versión de la leyenda de Isondú. Reescríbelas ordenadas en los espacios:

Añá sopló hasta apagar el fuego. Añá persiguió a los isondúes para apagarlos. Tupá inventó los isondúes. Tupá creó a los hombres y les dio el fuego. Los isondúes volaron juntos.

a.
b.
c.
d.

2. ¿Quién es el protagonista y quién, el antagonista?
3. ¿Cuáles de las siguientes palabras expresan mejor cómo son los personajes principales, Tupá y Añá? Subráyalas con distintos colores.

generoso – insoportable – agradecido – envidioso – celoso – amable – sabio

4. Descompón la siguiente acción en dos acciones menores:

Añá sopló hasta que apagó todos los fuegos de los hombres.

5. Si se modifica una acción de una cadena, la historia cambia. Imagina que Añá sopla y apaga los isondúes. ¿Qué pasaría entonces? ¿Qué haría Tupá? A continuación, escribe una nueva versión de la leyenda a partir de ese hecho.

 

Lee detenidamente el siguiente texto. Luego realiza las actividades propuestas:

 

Las luciérnagas

Isondú fue el hombre más hermoso entre todos los guaraníes. El más alto, el más fuerte, el más hábil. Había que verlo disparando una flecha, remando en la canoa, bailando en las ceremonias de los payés (médico hechicero).
Cuando era chico, no había madre en su tevy (familia extensa de los guaraníes que configuraba una unidad social y ocupaba una única gran vivienda) que, al verlo reírse, no le hiciera una caricia y, cuando le llegó la hora del tembetá (amuleto guaraní que llevaban los hombres adultos. Consistía en un palito en forma de T que atravesaba el mentón) ya había muchas indiecitas que querían casarse con él. A todas les gustaban sus manos diestras, su mirada penetrante y su perfume a madera.
Junto con el amor que despertó en tantas muchachas, se despertó también la envidia de los hombres. Los que habían jugado con él sobre las hojas de palmera y más tarde en los claros o en el río ahora le tenían rabia. Por eso prepararon la emboscada.
A Isondú lo esperaron un atardecer. Temprano habían cavado el pozo en el camino y lo habían disimulado bien: ya se sabe que los guaraníes eran especialistas en cazar con trampas, y ésta ya estaba lista. Después se sentaron a esperar, y a tomarse la chicha de maíz que habían llevado.
Isondú volvía de la aldea vecina, donde tenía parientes. Venía solo, pensando en una chica que había conocido allí, la única muchacha que estaba seguro de poder querer. Sin duda pronto se casaría con ella, ya se la imaginaba junto a él, con el cuerpo adornado con pinturas y una flor – la orquídea más hermosa que él pudiera encontrar – en su largo pelo negro. Contento y cansado iba por los caminos de la selva, espantándose los mosquitos de tanto en tanto. A él, tan grande y fuerte, se lo veía pequeño al lado de los árboles inmensos.
Cuando faltaba poco para llegar a su aldea, empezó a escuchar las risas y los gritos de sus enemigos. Pero no se inquietó, porque era joven, no le tenía miedo a nada y había sido siempre demasiado dichoso como para suponer que se acercaba la desgracia. Cuando escucharon sus pasos, los otros se quedaron callados. De pronto, Isondú tropezó entre unas lianas y cayó en el pozo.
Los otros salieron enseguida de sus escondites y empezaron a reírse y a burlarse de él:
– ¡Isondú! ¡Isondú! ¡Te cazamos como a un tapir!
– A ver, ¿de qué te sirve ahora ser tan valiente?
– ¡Isondú! ¡Ahí va un anzuelo para que muerdas! ¿O querés que llamemos a tu mamita para que te salve?
Y mientras tanto le tiraban palitos, frutos y unas bolitas de arcilla dura con las que cazaban ratones y los pájaros.
Isondú les gritaba:
– Pero, ¿qué hacen? ¿Qué les pasa? ¿Qué les hice yo, cobardes? – Y desde abajo les devolvía los proyectiles.
Uno de los agresores le contestó:
Ya vas a ver si somos cobardes. – Y agarró su maza y le pegó a Isondú en un hombro, en la cabeza, en la espalda… Los demás se envalentonaron y entre insultos hicieron lo propio: el cuerpo de Isondú se fue llenando de cardenales y de sangre, y allí quedó, acallado, caído sobre un costado en el fondo del pozo.
En la selva era casi de noche. Los asesinos seguían en el borde de la trampa, paralizados por el miedo. De pronto vieron confusamente que Isondú se movía, que su cuerpo tomaba de a poco la forma de un insecto y que en el lugar de cada herida se encendía una lucecita. Isondú agitó sus alas y salió volando: ya estaba libre.
Un momento después centenares de Isondúes se dispersaban en la selva, debajo del techo que forman allí los árboles, los helechos y las lianas, iluminando intermitentemente la noche guaraní. Muchos de estos insectos traspusieron los ríos, dejaron atrás la selva y se perdieron en el campo. En la Argentina, algunos le siguen diciendo «isondúes», otros los llaman «bichos de luz, otros «tuquitos» y otros, luciérnagas. En las noches más oscuras vuelan a nuestro alrededor, y, cuando creemos que se han ido, se encienden otra vez unos metros más allá, como estrellas terrenales.

Actividades:

1. ¿Qué tipo de texto es el leído? ¿Cómo lo pudiste determinar?
2. ¿Qué sentimiento llevó a los jóvenes a matar a Isondú? ¿Crees que fue correcto lo que hicieron? Explica.
3. Observa el texto entre paréntesis y resaltado en rojo y contesta: ¿qué recurso es el utilizado y para qué nos sirve? ¿Dónde podemos encontrar ese recurso?
4. Encierra con círculos las referencias al tiempo en el que van ocurriendo los hechos.
5. ¿En qué lugar/es ocurren los hechos? Subráyalos.
6. Explica con tus palabras cuál es el conflicto y cómo se resuelve.
7. ¿Cuál es la transformación? ¿Cómo ocurre? Explica.
8. Encierra con llaves externas la estructura del relato y coloca sus nombres.
9. Las características de la leyenda se mezclaron, revisa y subraya todas las que te parezcan que pertenecen a este tipo de relato.

Los hechos narrados son reales/ no se reconoce el autor/ su función principal es informativa/ el autor es un profesional/ los hechos narrados son ficticios surgidos de la imaginación de alguien/ su función principal es provocar placer en el lector/se cuenta la transformación de algo o alguien/ hay hechos sobrenaturales/el autor es anónimo.

10. Ahora, completa la definición de leyenda con las características que subrayaste en el punto anterior.

Una leyenda es un relato que ……………………………………………………………………………………………………..
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11. Las leyendas son textos ficcionales que cuentan hechos, sucesos, es decir, son narraciones. ¿Qué textos de los siguientes son también narraciones?

Noticias – Avisos publicitarios – Textos históricos – Relatos cotidianos – Cuentos – Recetas – Novelas – Fábulas.

12. ¿En qué se diferencia un texto ficcional de uno no ficcional?
13. ¿Qué hecho sobrenatural puedes mencionar?

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