Lee atentamente el siguiente relato: Los estornudos Conrado Nalé Roxlo Los estornudos no suelen traer nada bueno, decían las viejas de antes, y tenían razón; pues lo que traen o anuncias, rapé aparte, es un resfriado. Pero yo sé de unos estornudos que fueron el...
Cuento Realista
La gloria
Lee atentamente el siguiente relato: La gloria Susana Calandrelli I Cuando Fidel Ballesteros volvió en sí y entreabrió los párpados no supo al pronto qué le había pasado. Un sol abrasador caía sobre él con crudeza, cegándolo y haciéndole arder los ojos. A la...
Tatuaje
Lee atentamente el siguiente relato: Tatuaje Ednodio Quintero Cuando su prometido regresó del mar, se casaron. En su viaje a las islas orientales, el marido había aprendido con esmero el arte del tatuaje. La noche misma de la boda, y ante el asombro de su...
Escabeche de berenjenas
Lee atentamente el siguiente relato: Escabeche de berenjenas Úrsula Buzio La casa estaba a oscuras, en medio de la noche casi blanca y de un silencio sepulcral. El hombre bajó del caballo y comenzó a llamarla a los gritos y con insultos, como de costumbre....
El Cambarangá
Lee atentamente el siguiente relato: El Cambarangá Mateo Booz I Al día siguiente se celebraba la festividad de San Baltasar. La procesión y las velaciones se harían en Tacuarendí. Concurrirían los devotos desde apartados distritos del Departamento. Selén...
Cajas de cartón
Lee atentamente el siguiente relato: Cajas de cartón Francisco Jiménez Era a fines de agosto. Ito, el aparcero, ya no sonreía. Era natural. La cosecha de fresas terminaba, y los trabajadores, casi todos braceros, no recogían tantas cajas de fresas como en los...
Matar a un ratón
Lee atentamente el siguiente relato: Matar un Ratón Virgilio Díaz Grullón El niño recogió una pesada piedra de las que abundaban en el pequeño patio trasero de la casa, calculó cuidadosamente la puntería y la arrojó con fuerza contra el ratón que parecía...
La Rebelión
Lee atentamente el siguiente relato: La Rebelión Virgilio Díaz Grullón ¿Por qué no te casas, tía Julia? – – Porque nadie ha querido casarse conmigo, Pedrito.– Ella estaba sentada en la mecedora que impulsaba suavemente, tratando de adormecer al niño recostado...
El sueño
Lee atentamente el siguiente relato: El sueño Ernesto E. Ezquer Zelaya ¡Aquello era un torbellino de músicas, luces y gritos! Y el constante cruzarse de colores vivos en las serpentinas, en los disfraces, en los rostros pintados, aumentaba la alegría...